Y es que, a pesar de todo, apenas concibo
Que eres, padre, la piedra angular de mi destino.
Pues sí, es verdad: yo mismo lo escribo;
Pero, ¿qué haría yo sin hoja ni pluma, sin forma ni estilo?
Por todo y demás:
Gracias, muchas gracias Padre,
Que sin ti viviría como un ave en el río.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario